Rafael Mies

Nueva Mayoría: Un aniversario ideológico

Una clara minoría, que se ha caracterizado siempre por una visión ideológica y dogmática, ha impulsado una forma de concebir la sociedad propia del socialismo de los años cincuenta

Por: Rafael Mies | Publicado: Jueves 20 de noviembre de 2014 a las 05:00 hrs.
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Estamos a exactamente un año del triunfo de la Nueva Mayoría, un año intenso en la agenda económica, política y social. Para muchos un año que nos ha sorprendido por la fuerza y radicalidad de los cambios propuestos.


En prácticamente todos los ámbitos de la vida social y económica, nuevos aires y miradas han permitido dibujar un Chile más abierto y respetuoso de la diversidad.


Esto ha tenido una consecuencia muy positiva para nuestra convivencia diaria que, hasta hace poco, se reflejaba en gestos de unidad y respeto a las distintas maneras de entender la economía y el pasado histórico político. Si bien aún quedaban heridas del pasado más reciente, estas se habían ido amenguando bajo el lema: "Justicia, perdón y reconciliación".


Sin duda, los cuatro consecutivos gobiernos de la Concertación fueron claves para instalar un nuevo "pacto social" que, poniendo énfasis en un Chile del futuro, aceptaron con humildad que éste se debía "construir sin destruir" y aceptando que las claves de la economía de mercado no eran patrimonio del gobierno anterior sino respondían a cuestiones esenciales para viabilizar el crecimiento y desarrollo del país.


Se dice que nadie valora lo que tiene hasta que lo pierde, y algo de eso ha venido ocurriendo también en este primer aniversario de la derrota de la Derecha Política. De un modo u otro, ya sea por ingenuidad o por una culposa desidia, la debacle electoral de la Alianza permitió, a la entonces oposición, una mayoría parlamentaria absoluta para hacer transformaciones sociales y económicas de fondo. Eso sí, con la particularidad única de que por primera vez el gobierno electo no tenía obligación alguna de negociar algo con la parte que tradicionalmente ha representado a más del cuarenta por ciento de la población.


Al igual que en la fábula satírica de Orwell, bajo el pretexto de la representar a la mayoría, una clara minoría, que se ha caracterizado siempre por una visión ideológica y dogmática, ha impulsado una forma de concebir la sociedad propia del socialismo de los años cincuenta.


Esta mirada impone una visión del mercado, de la propiedad y de la libertad individual única, donde se invita a "expulsar" del debate público a cualquiera que se oponga a su modo de pensar.


Es la historia y no la opinión de este columnista la que ha demostrado sin lugar a dudas que estas minorías a la larga terminan, finalmente, en convertirse ellas mismas en otra tiranía brutal.


Como señalaba Orwell: La ideología no es más que la corrupción que puede surgir tras toda adquisición de poder absoluto. Por suerte, tanto en la administración actual como en los partidos políticos oficialistas existen muchas personas sensatas que pueden y deben evitar el absolutismo ideológico como forma de gobernar este país.

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